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Diez consejos para tener una vida de oración en medio de tantos compromisos



Como madres y educadoras en el hogar, nuestros días suelen ser bien ocupados y un tanto estresantes. Si a eso le sumamos las tareas en el hogar y el trabajo en la computadora, pues parece que el tiempo no diera para más. Sin embargo, no debemos descuidar nuestra vida de oración. Por el contrario, esta debe estar en primer lugar desde que nos levantamos.


Durante mucho tiempo luché con ser consistente en la oración, pues aunque todos los días oraba, sentía que no era suficiente y que podía hacer más. Para lograr mi propósito poco a poco he ido incorporando nuevas costumbres y rutinas para que mi vida de oración sea mejor que antes. Aunque definitivamente siempre hay espacio para mejorar pues nuestra mirada siempre debe estar puesta en Él.

A continuación les enumero varias ideas para lograr ser consistentes en la oración todos los días, aun teniendo un vida muy ocupada y con mucho trabajo.

  1. Levantarse temprano antes que los demás es una excelente idea para comenzar el día con el pie derecho en la oración. Ya sea que ores tranquilamente en tu cuarto o en otro lugar de la casa, o que salgas a hacer ejercicios mientras oras, este tiempo de oración te ayudará grandemente a empezar tu día bien y en sintonía con Dios.

  2. Leer la Biblia o libros espirituales en el baño es muy buena idea. Parece un chiste pero es uno de los tiempos que mejor se puede aprovechar para leer, pero también para orar. Dejemos el celular fuera del baño.

  3. Escuchar la Palabra y meditarla mientras friegas o doblas ropa es maximizar el tiempo. Cuando friegas, cocinas, tiendes o doblas ropa, es un momento perfecto para escuchar la Lectio Divina. También para escuchar canciones cristianas que te inviten a orar mientras cantas.

  4. Pon alarmas para recordarte el tiempo de oración. Esta es una excelente práctica porque cuando estás ocupado o en otra tarea, las alarmas te recuerdan que debes orar, particularmente cuando son oraciones que se hacen a una hora específica como el rezo del Angelus y la Coronilla a la Divina Misericordia.

  5. Prepara una esquinita de oración. Este espacio dedicado a la oración te ayudará a ser más intencional y tendrás a la mano las herramientas espirituales necesarias para orar, como la Biblia, rosario, estampillas y otros libros religiosos.

  6. Memorízate varias jaculatorias. Haz en tu mente varias oraciones cortas durante el día, especialmente en momentos que no puedes hacer oraciones largas. Por ejemplo, aun en alguna reunión, cuando estés trabajando con los nenes sus clases o conduciendo, puedes hacer varias jaculatorias en tu mente y te mantienes en comunicación con Dios.

  7. Participa de misa diaria virtual. Lo ideal sería poder ir a la misa presencial diariamente, pero si estás con mucho trabajo y tu realidad de mamá y educadora no te permite salir de tu casa, participar de la Eucaristía por internet es una gran opción. Si ves la misa todos los días es un gran regalo de Dios. Hazlo parte de tu vida. Que participar de la misa sea una hermosa rutina diaria. Te ayudará a crecer espiritualmente.

  8. Ora antes de comenzar a hacer homeschooling con los chicos. Presentarle los trabajos educativos del día a Dios y a la Virgen María es una práctica hermosa que no tan solo te ayudará a ti sino a tus niños. Preséntenle a Dios sus palabras, acciones y pensamientos para que todo el día sea del agrado de Él.

  9. Den gracias antes de comer. Orar antes de comer y dar gracias es una bonita práctica que no debemos perder, especialmente si lo hacemos en familia. Nunca debemos olvidarnos de ser agradecidos por las bendiciones y regalos del Señor.

  10. Rezar antes de dormir juntos en familia o en privado. Orar en familia antes de dormir es una excelente costumbre. Ya lo dice un refrán: familia que reza unida, permanece unida. Si por alguna razón no pueden orar todos juntos, hagan lo posible por hacer una oración con los niños, pero no deben pasar ese momento para agradecerle a Dios todo lo vivido durante el día y pedirle perdón por nuestras ofensas. También presentémosle nuestro descanso y pidámosle el regalo de un nuevo día.

A eso le podemos añadir, el celebrar la Eucaristía los domingos y el visitar el Santísimo siempre que podamos. No dejemos de pedirle al Señor que aumente nuestra fe y confianza en su amor y providencia. ¡Dios te bendiga!



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