La pérdida de un ser querido y la educación en casa
- Marielisa Ortiz Berríos

- 1 sept
- 2 Min. de lectura

Cuando planificamos nuestro semestre o año, organizamos nuestra agenda y coordinamos las actividades extracurriculares de nuestros chicos, nos trazamos unas metas posibles en un escenario ideal.
Sin embargo, en ocasiones este trayecto se puede alterar por la enfermedad o muerte de algún ser querido u otras situaciones personales o de nuestro núcleo familiar. Estos procesos forman parte de nuestra vida, por lo que también son aprendizajes y crecimientos para todos. De momento podríamos pensar que la enfermedad o muerte de un familiar podría afectar nuestro homeschool -y aunque sí alteran nuestros horarios y agendas- son experiencias que nos ayudarán a madurar y a crecer emocional, mental y espiritualmente.
Enseñarles a nuestros chicos a vivir estas experiencias familiares con caridad, paz y gratitud, será un gran ejemplo para sus vidas, que les ayudarán también en sus etapas de adultez.
A nuestra familia le ha tocado vivir por los pasados dos años y aun en el presente, enfermedades de familiares y fallecimientos (incluso algunos repentinos), que nos han tocado fuertemente en nuestro corazón. Sin embargo, estos procesos de enfermedad, cuando son vividos con mucha cercanía a nuestros seres amados, ayudando en sus cuidados, dedicándoles tiempo y atenciones, son periodos que nos sirven para prepararnos y enfrentar los momentos dolorosos y de pérdidas, con mayor tranquilidad.
La educación en el hogar no solo se realiza en el ámbito académico, sino con las experiencias de vida, que incluyen el cuidar a un abuelo, tío o ser amado. La enfermedad no tiene que ser vista como algo negativo, sino como una oportunidad que nos da Dios, para prepararnos para cuando Él decida llamarnos a nosotros mismos o a nuestro seres amados.
Si has tenido experiencias similares, te invito a comentar abajo.







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